
Se acerca diciembre y con él la navidad, en este mes miles de panameños retiran gran parte de sus ahorros del año para gastarlos en cualquier cosa que necesiten. Es impresionante como nos invade el consumismo, ese afán de comprar cosas, así como presentes o regalos para llevarlos a casa, compartirlos con la familia o para regalarlos a amigos, personas especiales de acuerdo a nuestros sentimientos y a nuestras interrelaciones. Un año más, estamos rodeados por los arbolitos de navidad, luces de colores, juguetes, anuncios y más anuncios. La publicidad aprovecha estos momentos en los que afloran nuestros mejores deseos y sentimientos para reconducirlos hacia el consumo, y ese continuo mensaje cala en nuestra sociedad sin que echemos la vista atrás para ver que no hace tanto tiempo, éramos felices celebrando la navidad de otro modo. Este continuo bombardeo publicitario empieza más de un mes antes de que llegue la navidad, y lo hace comenzando por meter en las cabecitas de los más pequeños de la casa un montón de anuncios de juguetes. La navidad es una tradición que no debe ser distorsionada por el desmesurado consumismo, hay que gastar en pero solo lo necesario, consumir pero no exagerar.
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